sábado, 10 de octubre de 2009


EL PODER DE LA ALABANZA Y ADORACIÓN

Por Rev. Dale A. Robbins
Traducción especial para Cristianos Unidos por Adda Velez

 

 

  En Hechos 16:23-26 la Biblia nos cuenta la historia del arresto injusto de Pablo y Silas. Por el hecho de echar fuera un espíritu de adivinación de una mujer, las autoridades locales de Filipo los golpearon y metieron a la cárcel. Además de la severa golpiza fueron encadenados con grilletes de brazos y piernas en una posición que no les permitía moverse, causándoles moretones y pérdida de circulación sanguínea. La atmósfera que reinaba ahí era depresiva. En aquellos días las prisiones eran como calabozos, lugares obscuros, estrechos, sin ningún tipo de facilidad para el confort o el descanso. Aún a pesar del dolor en sus cuerpos y la incomodidad y la atmósfera terrible, a media noche Pablo y Silas cantaban alabanzas y adoraban a Dios. Imagínate lo que los otros prisioneros sentían al escucharlos a ellos cantar alabanzas y adorar a Dios en esas condiciones, en las que estaban acostumbrados a escuchar los gemidos y las golpizas hacia los otros prisioneros. Repentinamente, hubo un terremoto que azotó a la región. Las puertas fueron abiertas, y las cadenas de Pablo y Silas y los demás prisioneros fueron rotas a causa del terremoto, liberándolos por completo de su prisión. ¿Qué fue lo que causó esta increíble descarga de poder sobre ellos?

 

LA ALABANZA NOS ELEVA DELANTE DE LA PRESENCIA Y PODER DE DIOS.

  Pablo y Silas conocían el secreto de cómo liberar a sus corazones de los problemas y como entrar a la presencia y poder de Dios. A través de la alabanza y adoración sus corazones se elevaron en gozo delante de la presencia de Dios, y proveyeron a Dios un canal para que Su Poder operara en sus circunstancias. 

  La Biblia dice que Dios habita en la alabanza de su pueblo. (Salmo 22:3). En otras palabras, Dios se expresa con poder en la atmósfera que se crea con la alabanza y adoración a Su nombre. La alabanza es un vehículo de poder que nos lleva delante de la presencia y el poder de Dios. La alabanza y adoración son el “pasaporte” que nos permite entrar al lugar sagrado de Su gloria. (Salmo 100:4).

  Esto corresponde con la enseñanza de Jesús, que dice que su presencia estará con los creyentes que se congregan en Su nombre: “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos”(Mateo 18:20). “Reunirse en su nombre” significa que Jesús debe ser el centro y objetivo de dicha reunión o asamblea. El debe ser por quien se predica, a quién se alaba, el que debe ser adorado y alabado. (Hebreos 2:12). La presencia de Jesús, y con ella Su unción y poder, son manifestadas en este tipo de reuniones.

¿QUE ES ALABANZA?

  Alabanza significa “alabar, aplaudir y magnificar”. Para los cristianos, significa una expresión de adoración, levantando y glorificando el nombre de Jesús. Es una expresión de hacernos humildes a nosotros mismos, y centrar nuestra atención en el Señor con el corazón lleno de expresiones de amor, adoración y agradecimiento. Las alabanzas nos llevan en espíritu al pináculo de la convivencia e intimidad entre nosotros y Dios. Se magnifica nuestra unión espiritual con el Dios Altísimo. La alabanza de corazón nos lleva o transporta a la realidad del poder sobrenatural de Dios. (Salmos 89:15).

  Hay muchas acciones que envuelven la alabanza a Dios, tales como expresiones verbales de adoración, agradecimiento, cantar, tocar instrumentos, bailar, gozarse, levantar las manos, aplaudir, o postrarse en el suelo y adorar a Dios. Pero no debemos permitir que esto se convierta en una “apariencia” porque Jesús habló de esto y lo declaró como una Hipocresía en los fariseos, quienes lo hacían solo por aparentar y no del corazón. (Mateo 15:8). La genuina alabanza a Dios es cuestión de humildad y sincera devoción al Señor quien nos salvó.

  Dios se deleita en el amor y la devoción de sus hijos. De acuerdo con las escrituras, hay varias expresiones de alabanza y bendición al Señor. Todas ellas nos llevan a que se manifieste Su dulce presencia y poder en nuestras vidas. (Juan 4:23).

 

ALABAR AL SEÑOR ES UN ESTILO DE VIDA.

 

  Alabar a Dios es para unos un evento que solo ocurre cuando vamos a la congregación o nos reunimos con otros Cristianos. La alabanza debería ser parte de la vida de los Cristianos, como parte de sus devocionales diarios de oración y alabanza. En el trabajo, carro, en casa o en la cama, en cualquier parte donde nos encontremos, alabarlo a El nos refresca en Su presencia, además de Su poder y Su unción. (Salmos 34:1).

  Alabanza es una expresión de fe y es una declaración ¡de Victoria!. Esto es una declaración de que creemos en Dios quien está en control de todas las circunstancias que nos rodean (Romanos 8:28). Alabanza es “sacrificio”, ya que muchas veces la ofrecemos a Dios no solo porque lo sentimos, sino porque queremos agradarle a El. (Hebreos 13:15).

LA ALABANZA MANDA “A VOLAR” AL ENEMIGO.

  Como la alabanza manifiesta la Presencia de Dios en nuestra vida, luego entonces ahuyenta y repele la presencia del enemigo, Satanás. Una atmósfera llena de la sincera alabanza y adoración a Dios, por corazones humildes y contritos, disgusta al Diablo. Este teme el poder en el nombre de Jesús, y huye de la presencia del Señor. (Salmo 50:23).

En 2da de Crónicas 20:22 Dios nos muestra que si nosotros adoramos y alabamos su nombre, entonces El, poderoso, peleará nuestras batallas. 

 

ALGUNAS EXPRESIONES BÍBLICAS DE ALABANZA

Declaración de gracias (hebreos 13:5)

Aplaudir con las manos (Salmos 47:1)

Música y danza (Salmos 150:4)

Salmos, Himnos y canciones (Efesios 5:19-20)

Hacer ruido de gozo (Salmos 98:4)

Alzando nuestras manos (Salmos 134:2)

En silencio (Salmos 4:3-5, 46:10)

En voz alta (Salmos 33:3, 95:1-6)